viernes, 3 de julio de 2009

Fábulas de animalitos



Vagando a las afueras de la unidad habitacional, mientras maldice su suerte por esas croquetas de marca propia, nuestro personaje razona que tendrá que gastar el dinero, duramente ganado haciendo monerías, en mejores croquetas. Es Frijol Mendoza, valeroso y jodón gato que encuentra a mitad del jardín vecinal un gnomo desfallecido.

Se aproxima lentamente para dar auxilio al exangüe duende, sabe de la peligrosidad de tan traicioneros seres; y después de correr a pedir ayuda con el pequeño ser en su hocico, su temple le indica que la situación está en sus garras… es momento de dar resucitación hocico a boca.

Después de varios esputos (gargajos) y un ligero eructo olor a marranilla, el apesadumbrado ser de fábulas comienza a volver en sí, mientras Frijol lo abraza con sus garras y con sus patas delanteras continúa con el RCP (resucitación cardio-pulmonar).

El duende, que resulta ser Julito Z. “El Enano patas de Bolillo”, le agradece encarecidamente y le concede tres privados en el Zooreal, antro visitado por elfos y duendes de toda la comarca.

Un brillo de malicia estalla en sus ojos de gato, es momento de “sazonar la rata” y de darle “su lechita al gatito”. Frijol ayuda a incorporarse al “Patas de Bolillo”, que con áspera voz y evadiendo más eructos le dice:

--Neta que vamos con Melanie, está bien buena y hace las mejores chambas, además si llegamos antes de las 11, los privados salen al dos por uno.

Juntos, en el lugar de la cita menean sus cabezas al ritmo de la canción lenta (con las que se encueran las gatitas) miran el desfilar de las carnes en venta, y toman la decisión de la noche. Frijol ha decidido gastar todos sus privados con Estrella, gata venezolana llegada en no muy legales términos. Después de finalizar, las danzas en los apartados y de pasar al baño a "descamar el pescado", Frijol encuentra con sorpresa al pasoneado gnomo que ha sido derrotado en la peda, y está nuevamente desfallecido sobre la mesa y vomitando es su gorrito de duende. El sorprendido felino trata de alivianar la pena de su patrocinador, no encuentra respuesta, y ante las miradas iracundas de los cadeneros decide pagar los tragos y las gatas.

Después de dar gracias a los cadeneros por las dos botellas de Martell que aparecen en la cuenta, no así en la mesa, y con su respectiva contraseña de pago salen del lugar llevando a hombros al vicioso gnomo, pensando en que ya ni para croquetas sabor a pollo y pescado marca Ahorremás tendrá. Los cariñosos cadeneros dejan plácidamente a Julito “dormir la mona” en el camellón , mientras el desconsolado Frijol se aleja con la mirada gacha.

Moraleja: Si es el Manos (error, debe decir el Patas de Bolillo) no le creas que dispara, no lo recojas y ponlo boca arriba pa que se ahogue en su vómito, ya que no concede, ni concederá deseos. Tan tán.

Nota: Los personajes son ficticios y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

No hay comentarios:

Juega con el "chango"...pero cuidado, se puede descalabrar